El gran crecimiento de la Internet de las Cosas ha ocasionado que los desafíos de la infraestructura de redes para IoT se multipliquen
Muchas veces cuando las personas escuchan el concepto de Internet de las Cosas (IoT) no tienen idea realmente de lo que se está hablando, o de inmediato lo asocian con situaciones futuristas que ven en los comerciales o las películas de Hollywood. Sin embargo, más allá de los sistemas de riego inteligentes o de la forma en que las personas consiguen su información, la IoT se ha convertido en una realidad en auge. La definición general dice que se trata de conectar objetos de la vida diaria y cotidiana con Internet para poder enviar y recibir datos. Si bien, la IoT es un concepto relativamente nuevo, es cada vez más importante para las vidas de muchos consumidores.
De acuerdo con Gartner, los consumidores invertirán en más de 26 mil millones de dispositivos conectados a la Internet de las Cosas antes de 2020, muchos de ellos porque desean ahorrar tiempo automatizando sus procesos, lo que les permitirá concentrarse otros aspectos que les resultan importantes, como sus familias, trabajos y pasatiempos. Sin embargo, de acuerdo con Jessica Epley, especialista en Desarrollo de Contenido de CommScope, esto no puede logrado si la infraestructura de red que soporta todos estos dispositivos no es la adecuada:
“En los últimos años la necesidad de mayor conexión y el avance tecnológico han presentado grandes desafíos para las infraestructuras de redes para IoT. El reto para los operadores es garantizar que las redes sean convergentes, para que los dispositivos IoT puedan funcionar con rapidez y eficacia. La transferencia de todos los datos depende de las redes y, lo que es más importante, de la calidad de dichas redes. A medida que los dispositivos IoT se vuelven más valiosos para acceder a la información, también aumenta el valor de una red de calidad”.
La constante dependencia que han generado los consumidores para acceder a la información en cualquier momento y lugar, ha hecho que, según estimaciones de Cisco, para el año 2020 la cantidad total de datos que se transmiten por la IoT será alrededor de 600 zettabytes al año. Esto es 275 veces más que el tráfico de datos actual que se envía de los centros de datos a los dispositivos de los usuarios finales. Por consiguiente, en definitiva, la convergencia de red tendrá un papel fundamental en hacer llegar información rápidamente a los consumidores.
Para Jessica Epley, de la misma manera en que los consumidores dependen de la eficiencia de sus dispositivos IoT, estos dispositivos dependen de la eficiencia convergente de la infraestructura de redes para IoT a la que están conectados. “Muchos dispositivos IoT fueron creados para mejorar la eficiencia, pero los consumidores no solo quieren que estos dispositivos les permitan lograr resultados eficientes, también quieren que su experiencia con estos equipos lo sea. Por eso, para aumentar la eficiencia de su infraestructura, los operadores están buscando la forma de lograr la convergencia de sus redes”.
Aunque los avances en la tecnología de dispositivos IoT son relativamente recientes, los consumidores siguen intentando dilucidar cómo integrar sus dispositivos a sus vidas diarias; por ello, este es el momento perfecto para que los operadores se concentren en averiguar cuál es la mejor forma de monetizar el futuro de esta industria creciente.
“La convergencia de redes tendrá un papel primordial para garantizar que los consumidores aprovechen la tecnología de IoT al máximo, teniendo en cuenta que el estilo de vida se dirige cada vez más hacia lo digital. En la medida en que los consumidores dependen cada vez más de los dispositivos IoT, aun quizá sin darse cuenta, la convergencia de red se vuelve cada vez más fundamental para ayudar a los operadores a cubrir la demanda de IoT de sus consumidores”, finalizó la Especialista en Desarrollo de Contenidos de CommScope.