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Un estudio de la firma F-Secure demuestra que los usuarios invierten más en fundas y protectores de pantallas que en software de seguridad para sus smartphones, protegiéndolos físicamente, pero dejando sus datos al descubierto.

Comenzó la temporada navideña y de descuentos. Los consumidores se sumarán a la ola de compras de dispositivos y los accesorios sin olvidar las fundas y protectores para protegerlos de rayones o golpes. Pero aunque se preocupen de cuidarlos contra los daños físicos, la mayoría dejará expuesta su información personal y conexiones a terceros.

Por ejemplo, la sección de fundas y protectores de Amazon.com tiene 13 millones de opciones. Se estima que para fin de año, el mercado de accesorios de protección para dispositivos móviles sea de 51 mil millones de dólares, donde los artículos más vendidos son las fundas, llegando a 13 mil millones de dólares*.

Si bien las personas se preocupan en proteger los dispositivos contra los daños físicos, pasan por alto lo más importante. En la actualidad existen múltiples formas de ataques cibernéticos y las redes WiFi públicas sin las garantías de seguridad dejan expuestos a los consumidores a los ciberdelincuentes. Quienes pueden instalar puntos de acceso o hotspots falsos para espiar el tráfico de datos.

Según una encuesta reciente de F-Secure**, dos de cada tres personas se conectan a redes públicas por lo menos una vez por mes. Sin embargo, Sean Sullivan, Security Advisor de F-Secure, explica que la mayoría de los usuarios nunca piensa en proteger sus conexiones de terceros, aunque existan diferentes aplicaciones de VPN (red privada virtual por sus siglas en inglés) cuando se utiliza WiFi.

“Muchas personas no tienen ningún cuidado cuando se conectan a las redes WiFi públicas, y la mayoría hace eso sin tomar ninguna medida de protección”, afirma Sullivan. “Sin un sistema para proteger las conexiones, cualquier cosa que hagas en tu dispositivo conectado a un punto de acceso público puede ser comparado a gritar en una sala llena de gente. Aunque las personas gasten mucho en proteger sus dispositivos de los daños físicos, no invierten en proteger lo que realmente importa, sus datos y su privacidad”.

La instalación de un punto de acceso falso no es difícil. Por menos de 250 dólares (más barato que un iPad mini) una persona malintencionada puede comprar o montar un dispositivo que se haga pasar por un punto de acceso genuino. Con el cual puede monitorear el tráfico de datos de los consumidores y recolectar nombres de usuarios, contraseñas y otros detalles personales. Por lo tanto, aunque una buena funda proteja tu Smartphone o tablet, no protegerá tus datos personales si te conectas a un punto de acceso corrompido.

“Una funda para iPad cuesta aproximadamente 39 dólares. Por menos puedes contratar un servicio de protección para conexiones por un año, con el objetivo de proteger la privacidad de los datos siempre que se necesite conectar en la vía pública”, explica el experto. “Hoy en día, si una pantalla se raya o se rompe, se puede cambiar, sin embargo, si la información privada es robada, será más difícil recuperar la seguridad en las cuentas online y revertir los daños”.

En este escenario, F-Secure Freedome protege a los usuarios en las redes públicas. Aunque el punto de acceso esté siento espiado, los datos serán encriptados para que no puedan ser leídos. Además, la aplicación lo protege contra malware y el registro de su actividad en línea. Es una solución completa en términos de seguridad y privacidad, y protege los datos digitales de forma tal que ninguna funda o protector podrá.